
Los batidos de proteínas son convenientes, pero ¿son tan saludables como parecen? No necesariamente, dice una nueva investigación.
Desde proteínas en polvo de gran volumen hasta barras de refrigerio que promueven la masa magra, no hay escasez de productos en el mercado para aquellos que buscan aumentar los músculos o simplemente satisfacer nuestras necesidades diarias de proteínas.
Y no solo los adictos al gimnasio con bíceps abultados son fanáticos: la facilidad y portabilidad de los batidos de suplementos significa que muchos de nosotros regularmente nos deleitamos con delicias líquidas llenas de proteínas.
Pero beber demasiados batidos de proteínas podría conducir a una vida útil más corta, así como a un aumento de peso, mal humor y trastornos del sueño, según un nuevo estudio.
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Equilibrando nuestros aminoácidos
Resulta que podríamos estar exagerando y se trata de los BCCA.
Los aminoácidos de cadena ramificada, o BCAA, son un grupo de tres aminoácidos esenciales: leucina, isoleucina y valina, y se encuentran con mayor frecuencia en las carnes rojas y los lácteos.
La proteína de suero, la forma más popular de proteína de fitness, está hecha de subproductos lácteos y contiene altos niveles de BCAA.
La nueva investigación del Centro Charles Perkins de la Universidad de Sydney encontró que, si bien los BCCA son excelentes para agregar masa muscular, la sobrecarga puede tener efectos perjudiciales en nuestra salud en el futuro.
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Los BCCA pueden llevar a comer en exceso
Los investigadores probaron los efectos que tenían diferentes cantidades de BCCA sobre la salud y la composición corporal de los ratones.
Los ratones fueron alimentados con el doble de la cantidad normal de BCCA, la cantidad estándar, la mitad o una quinta parte durante el transcurso de su vida.
“La suplementación de BCAA dio como resultado niveles altos de BCAA en la sangre, que compitieron con el triptófano por el transporte al cerebro”, explica el director académico del Centro Charles Perkins, el profesor Stephen Simpson.
El triptófano es el único precursor de la hormona serotonina, a menudo llamada la “sustancia química de la felicidad” por sus efectos que mejoran el estado de ánimo y su papel en la promoción del sueño.
Pero hace más que eso.
“Y ahí radica el problema”, revela el profesor Simpson.
“Esto redujo los niveles de serotonina en el cerebro, lo que a su vez fue una potente señal para aumentar el apetito.
“La disminución de la serotonina causada por la ingesta excesiva de BCAA condujo a una ingesta excesiva de alimentos en nuestros ratones, que se volvieron muy obesos y vivieron vidas más cortas”.
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Obtener una variedad de proteínas es clave
La nutricionista de salud pública de la Universidad de Sydney, la Dra. Rosilene Ribeiro, dice que debemos variar nuestra ingesta de proteínas para asegurar una variedad de aminoácidos esenciales.
Esto se logra mejor mediante una dieta sana y equilibrada rica en fibra, vitaminas y minerales.
Además de las carnes rojas y los lácteos, el pollo, el pescado y los huevos también son fuentes nutritivas de BCAA. Los vegetarianos pueden encontrar BCAA en frijoles, lentejas, nueces y proteínas de soja.
Los alimentos ricos en triptófano incluyen semillas y nueces, soja, queso, pollo, pavo y, curiosamente, ¡cocodrilo!
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Escrito por Liz McGrath.